Brasil: ¿vecino distante?
Un presidente boliviano señalaba que las relaciones con Brasil se parecen mucho a un partido de fútbol. Aunque aclaraba que “cuando este gigante percibe que le van a hacer un gol, decide retirar la portería”. Ésta ha sido por muchos años la percepción generalizada en el continente.
Nuestro país, que presenta larga trayectoria de distanciamiento con este vecino, sólo ha empezado recientemente a cambiar la actitud de recelo generalizado. Me correspondió como funcionario de la Comunidad Andina presenciar el escepticismo de industriales colombianos, con ocasión de la entrada en vigencia del Acuerdo de Complementación Económica (ACE 59) que Venezuela, Colombia y Ecuador firmaron con Mercosur. Y aún presencio con extrañeza la forma como algunos analistas relegan a segundo plano la prioridad de Brasil en la política exterior y las relaciones económicas de Colombia. Entre tanto, Argentina apuesta, más allá de Mercosur, a un tratado de complementariedad competitiva con su principal socio comercial, mientras que Perú adopta una estrategia frontal para convertirse en el paso obligado de Brasil al mar Pacífico.
En la actualidad, los empresarios colombianos han empezado a ver cómo crece este mercado —que antes creían inexpugnable—, gracias a la puesta en marcha del ACE 59 y a la sustitución obligada del mercado venezolano. Aunque la balanza comercial es ampliamente favorable a Brasil, también es cierto que el caucho, el plástico y sus manufacturas ya empiezan a seguir el camino del carbón, que es el producto de mayor penetración en ese mercado. Algo similar ocurre en materia de inversión, área en que aquel país se proyecta hacia el nuestro, en sectores como agroindustria, infraestructura, minería y banca. A ello hay que agregar la favorable convergencia con los vecinos regionales en Unasur, con claro liderazgo de Brasil, y que podría llevarnos a la fusión de Mercosur y la CAN en un espacio común suramericano. De esta manera, sería más fácil negociar con nuestro vecino distante para evitar, en cualquier caso, que nos corra la portería.
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